viernes, 7 de marzo de 2014

los reyes magos.

para el inventor
y para la que en realidad es de santo tomé.

las estrellas los planetas siguen a los reyes magos

tienen ropas con cascabeles y pecas en la esquina
metales y agujeros en los dientes
llevan poesías endiabladas
adornan con relámpagos las paredes de la jaula

los tres reyes magos son dos

y son de santa fe
increíbles ineptos sociales
son crueles porque son sinceros
son crueles porque son fugaces.

ellos inventaron maravillas que no podría explicar.

de entre todos,
son ellos los que van a fracasar
pero nunca nunca van a fracasar.
hinchados de zamba, de ácido,
de cielo lento e insólito
y soledad.
sobre todo soledad.

en las veredas de arena entierran los secretos

algunos todavía están allí
frases con fibron que buscan
yo no sé qué clase de amor
las paredes no los pueden contener
se esconden en los pliegues del misterio
el tiempo único de sus mentes
lloran con sigilo todo espacio que no puedan encuadernar
y escriben sobre el Hombre galáctico
sus cuerpos le tienen pánico al agua
al sol le preguntan cosas mientras duermen.

los seres nocturnos que atraviesan el desierto

sacuden el aire
con alegría
al verlos pasar.
tal vez ellos puedan contarles más que yo
sobre los reyes magos.

lunes, 10 de febrero de 2014

.. .sin titulo.-

    Había una vez un hombre muy delicado. El hombre tenía manos muy finas y formas de hombre sin arrugas. El hombre que era delicado tenia los sueños limpios y los aburrimientos angostos. Hasta los edificios tenían agendas más despeinadas que el hombre. Al hombre todo esto no le hacía mucha gracia pero en todo caso era así y qué podía hacer él frente a tanta cosa bien tendida. Generalmente por las noches el hombre pensaba en su día y escribía algunas cosas en un cuaderno con forro de papel araña. Cuando se terminaba el cuaderno compraba otro parecido y siempre ponía la tapa del dentífrico. A veces el hombre tenía una sensación brillante de que había algo colgando encima de su cabeza fuera a donde fuera. Una especie de aire raro y volátil, como si estuviera en un juego de mesa en donde alguien iba sacando cartas e iban pasando cosas. Y estas cosas les pasaban a todos menos a él. Por eso el hombre que era delicado se escondía en los misterios de otros. A veces se disfrazaba de mujer embarazada y se divertía mucho. Como tenía manos delicadas, la gente nunca sospechaba que las manos de la mujer embarazada eran las manos del hombre delicado. Incluso llegó a disfrazarse de álamo y se quedó en una plaza varias semanas. Varios chicos lo usaron como palo para armar un partido de fútbol porque era flaco y nítido. El hombre sólo callaba y ni siquiera se quejó con los pelotazos. Cuando llegó a su casa escribió en el cuaderno de cuando se disfrazó de árbol y nadie se dio cuenta pero él se dio cuenta que no había hablado con ninguna persona ni había movido su cuerpo en muchos días. En cambio su cabeza vibraba como sacudida por chorros de música que no tenía un solo ritmo sino más de uno. Y el hombre encontraba patrones en el ritmo y pensaba que era curioso pero después los bordes se hacían difusos y volvía a sentir simplemente el peso del baile angustioso de su cabeza después de ser álamo durante muchos días. Así el hombre pasó largos insomnios. Los sueños se le enredaban frente a los ojos y no lo dejaban ver la luna.

    Entonces el hombre que era muy delicado pero tenía sentido del humor quiso aprender a hacer algo con sus manos y se anotó en un curso de carpintería. Durante muchos días el hombre tomó mates con palabras como garlopa, escofina, gubia, avellanado, perfilado y muchos nombres de maderas. En ese tiempo practicó sobre cómo trazar líneas paralelas y en un momento ya no necesitaba del gramil para que las rectas se extendieran derechitas. El hombre sospechaba que las rectas se creían muy elegantes porque sabían que no se iban a cruzar con ninguna otra recta de la familia. Al hombrecito lo inundaba la sensación de que en esas rectas eran senderos hechos de pequeños puntos de fuga uno al lado del otro que lo miraban como si algo los conectara, al hombre y a los puntos de fuga. Los puntos de fuga esperaban que el hombre camine por ellos y se lo hacían saber respirando todos de manera coordinada, como un timbre suave. Cuando esto pasaba el hombre se sentía muy triste. El no quería caminar siempre por líneas rectas. Entonces aprovechaba cuando las rectas ponían cara de elegantes y de señoras paquetas y les decía que se iban a cruzar en el infinito con un tono de malicia pomposa. Todas las líneas se cruzan allá a lo lejos decía el hombre. El hombre no sabía por qué las líneas se cruzaban tan lejos ni tampoco si las líneas entendían lo que era irse tan lejos. Pero muy lejos no es tanto como nunca decían las rectas. Así las líneas se escandalizaban y el hombre se divertía un poco y alejaba la sensación de tristeza mientra encastraba piezas con colas de milano. 

    El día anterior a aquel en que el hombre delicado me contó todo esto se había golpeado varias veces los dedos con el martillo. Ya tenía las manos sucias y rasposas pero ahora además sus uñas se habían tornado negras y violeta como víboras del áfrica. Por lo que me contó el hombre sigue teniendo manos delicadas pero una sonrisa de cansancio cuando se acuesta en su cama. Ya casi no piensa en los senderos que corren paralelos y si los sueña elige el infinito como escenografía. 

viernes, 31 de enero de 2014

a decir verdad un día tiene innumerables centros. (Ferreira Gullar).

promoción válida hasta agothar stock.

Es imposible decir
en cuántas velocidades diferentes
          se mueve una ciudad
                                   a cada instante
                                   (sin hablar de los muertos
                                   que vuelan hacia atrás)
                                   o incluso una casa
donde la velocidad de la cocina
no es igual a la de la sala (aparentemente inmóvil
en sus jarrones y bibelots de porcelana)
          ni a la de la huerta
          abierta a los vientos de la época
                                   ¿y que decir de las calles
de tránsito intenso y de la circulación del dinero
y de las mercaderías
         desigual según el barrio y la clase, y de la
         rotación del capital
         más lenta en las verduras
         más rápida en el sector industrial, y
de la rotación del sueño
         bajo la piel,
         de un sueño
         en el pelo?
         ¿y las tantas situaciones del agua en la vasijas
         (lista para huir)
         la rotación
         de la mano que busca entre los pendejos
         el sueño mojado los muchos labios
         del cuerpo
         que a la caricia se abre en rosa, la mano
         que allí se detiene a ensuciarse
         de olores de mujer,
                           y la rotación
         de los olores otros
         que en la quinta se fabrican
         junto a la resina de los árboles y el canto
         de los pájaros?
         ¿Qué decir de la circulación
         de la luz solar
arrastrándose en el polvo bajo el ropero
         entre zapatos?
                             ¿y de la circulación
         de los gatos por la casa
         de las palomas por la brisa?
y cada uno de esos hechos en una velocidad propia
         sin hablar de la propia velocidad
         que hay en cada cosa
                       como los muchos
         sistemas de azúcar y alcohol en una pera
                                                                 girando
         todos en diferentes ritmos
                                               (que casi
         se pueden oír)
                             y componiendo la velocidad general
         que es la pera
del mismo modo que todas esas velocidades mencionadas
         componen
(nuestro rostro reflejado en el agua del lavadero)
         el día
         que pasa
         -o pasó-
         en la Ciudad de Sao Luís.

Ferreira Gullar. Poema Sujo/En el vértigo del día. 1976.

domingo, 19 de enero de 2014

el nucleo


"tenía la cabeza como si fuera un aparato que percibiera todo 
pero que no explicara nada."
Felisberto H.

desperté de la siesta
en esta tormenta
eléctrico viento
que no acaba de decidir
¿qué dirán nuestros padres
nuestros hermanos
si nunca nos ven saltar?
y si nadie nos oye golpear contra la superficie
ferrosa de un planeta lejano
no nos verán levantarnos
con el uniforme lleno de polvo
la sangre llena de rodillas
y la sonrisa grande como un asteroide
apretando con fuerza
las semillas de la locura
que logramos traer.

acá podemos poner un rio
lleno de recuerdos caracol
allá una plaza con  pista de despegue
y alas para prestar
allá un estadio de metegol hecho 
con una caja de fósforos vacía
dibujame en la palma de tu mano
caminemos descalzos
sentís
es el núcleo de la tierra 
que conecta
en tus pies.



volviendo al centro puedo al fin ser.




viernes, 17 de enero de 2014

le pedimos un oceano para desatar los nudos

papel araña celeste pastel (horrible diría ella) papel con ojos ondulados y con un misterio fino de 84 páginas. el colectivo me hamaca, la caligrafía se pone rebelde se organiza y lucha por la educación y acepta mi regular irregularidad potenciada por suspensiones que anuncian el mareo. me fijo de nuevo. prendo la luz. abro el cierre. meto la mano en el bolsillo de arriba. esta la billetera. esta también el documento. guardados donde los dejé. son objetos bien domesticados. todavía queda la estela de aristas de la terminal y el stress que toma forma de paranoia material. la planta de botnia se veía majestuosa desde la aduana. el olor tenia el punto justo de tóxicos  correspondiente a los códigos ecológicos. más de eso implica cortar puentes. menos es ineficiente. los precios del free shop nos anuncian que el arroz va a ser nuestro mejor aliado. llevamos todas las provisiones que necesitamos. a la banda solo le pedimos un ratito de tierra para poner la carpa y un océano para desatar los nudos. somos viajeros con barcos mochilas de 80 litros y estacas para malgastar.


.             .. 
el juego de la vigilia: 
en el entresueño constante de los viajes
habita el país de la locura volátil
el insomnio boca arriba
y las imágenes semi cama que suceden
otra tras una
y el núcleo de la espiral
empieza en cualquier momento
y termina en tu boca
..     .

mi panza refusila se ilumina el caracolectivo se escucha el trueno del hambre que tiene todo ese aire mojado. voy a buscarlo a ese aire de mar como una cura de sueño, una vieja idea de otro siglo. ahora estudio el silencio relleno de cuarenta y cinco sueños simétricos festejando en un pasillo iluminado con tiras led. en el sueño de ella eramos tiras led y todo el resto era en blanco y negro y yo me reía y me iba. en el mio ella se iba y yo la buscaba buscaba la buscaba y era en color de otra década. me escondo en la burbuja de madrugada que me protege de los misterios pesados. percibo el amanecer que trepa arañando los vidrios llenos de vigilia. en mi asiento de lado del pasillo llega después pero yo le doy cuatro pesos de propina a los ojos de la mente para que llamen al sueño antes que el día termine de empezar.

martes, 6 de noviembre de 2012

VERANO ROTO

...pero va a dar una parte de ella 
que sabe que podrías romper
hola verano
bonito verano
cómo estás
nos tenés llenos de lluvia
mojados hasta el codo
vos que sabés bien 
eso de andar disimulando
que uno anda de noche en noche
como paseando
dirían algunos
donde pasear es pensarte
es lo que siempre quisimos
es mirarte a los ojos
es mirarte sin miedo
sin tirarme de los pelos
y gritar que te quiero ver
que te quiero ver
que te quiero ver

te queremos ver
venite
invitame una cerveza
en eso nos parecemos
compro una yo
comprá una vos
saludanos
hola verano
bonito verano motorizado
cómo estás
te pasó algo
te pregunto porque hace
un rato que no te veo
cómo estás
cómo rendiste
dejá
está bien
ya está
bailemos.

lunes, 29 de octubre de 2012

DOS GINEBRAS


cuánto cuesta hoy el recuerdo del recital,
el pogo que quedó en algún estante
en un sótano 
perdido en el noventa y pico.
de cuando un empresario
dijo basta con esto,
vamos a vender otra cosa.

acto seguido,
ricky espinosa cayendo al vacío,
tan triste como tener que mentir para sentir algo,
tan triste como la foto de tu madre fumando en navidad.
eso de crecer sin poder frenar para llorar,
y todo porque prometiste cambiar el mundo.

escucho los golpes de los pibes
que se chocaron contra el polimodal.
los gritos tristes de los pibes muriendo despacio
cuando levantaron el dique
y se secó media generación.
nos reprogramaron,
ya hace rato que nadie tiene nada para decir.
acá algo anda mal,
o anda muy bien.
somos lo único que quedó.
somos silencio.

lunes, 24 de septiembre de 2012

En esta cuadra no hay edificios altos

-¿Cómo se llega allá ariba?- pregunté, señalando unas ventanas iluminadas en el edificio de enfrente.
-Por adentro del cine- dijo Santi.
-Para mí es por la puerta de al lado- opiné yo. Garufa nos escuchaba mientras trataba de prender la pipa con un encendedor casi vacío.
     Sentados en la vereda mirábamos el edificio del viejo cine. Era de noche y nosotros tomábamos una cerveza bajo la luz de neón del cartel luminoso que decía “Cine El Cairo”, en letras verticales, paralelas al edificio de varios pisos que se levantaba encima del cine. Había muchas ventanas, la mayoría con las persianas bajas y a oscuras, excepto las del penúltimo piso, que dejaban escapar luz un tanto borrosa. Como esos vidrios donde podría decir escrito “Detective privado”.
-Ahí seguro que hay un gordo contando billetes con un mono subido al hombro-dijo Santi. Todos reímos.
-Con anillos y cadenas de oro- acotó Garufa y seguimos festejando.
-Pelado y de bigotes
-Y con lentes de sol
-A que la oficina está llena de humo.
-Seguro que es mafioso.
-Y que hay una mina con un corsé negro sentada en un sillón. Le tiene miedo pero a la vez no se quiere irse.
     Estábamos así, riéndonos, y gritándole al gordo desde la vereda, cuando de repente un hombre salió del cine, abriendo una de las puertas de vidrio con un movimiento brusco. El hombre se quedó quieto, sosteniendo la puerta abierta con la mano izquierda, mirándonos fijamente desde el otro lado de la calle. Era alto, tenía pelo canoso y largo, atado en una colita y usaba una campera de cuero. Casi en el mismo instante las luces del ingreso al cine (que estaban prendidas desde la función de la tarde) se apagaron de golpe, dejando al hombre iluminado sólo por el reflejo tenue del neón. Nosotros nos quedamos mudos, mirando al hombre, que a su vez nos miraba fijo.
-El sicario del gordo- susurró Santi.
-Shhh- dije yo. Yo casi no podía respirar. No habíamos hecho nada, pero en todo caso, que el sicario supiera que nosotros sabíamos todo acerca de ellos no podía significar nada bueno.
     El hombre miró a los lados, comprobando que no había nadie y amagó a cruzar la calle. Nosotros intercambiamos miradas. Mi mano se apoyó instintivamente en bolso. Estábamos preparados para huir. De pronto se escuchó el ruido de un auto con motor potente que estaba doblando por calle Sarmiento. Paró en doble fila entre nostotros y el hombre. El hombre subió al lugar del acompañante y el auto aceleró y se alejó. Podría jurar que gritó algo mientras se alejaban.
    Lo seguimos con la mirada y respiramos de nuevo. Nos miramos y reímos con nervios. Pasado el susto decidimos irnos. Nos subimos a las bicis y nos fuimos pedaleando en la misma dirección, saludando a gritos al gordo. Cuando habíamos hecho algunos metros, giré la cabeza y miré para atrás. Alcancé a ver una silueta difusa en una de las ventanas iluminadas antes perder de vista el edificio.

lunes, 17 de septiembre de 2012

enredados (vee)

Mi antebrazo marca una ruta sobre tu pecho.
un puente sobre el mar de piel plateada
que gime un silencio suave.
extraordinaria piel en silencio.
no quiero soltarme del puente que une las dos islas
quiero quedarme a vivir en tu cuerpo.
Pero algunas incertezas mojadas caen,
y no alcanzan nunca la superficie.

Podríamos, me digo,
podríamos hacernos chiquitos, minúsculos,
y desde tu ombligo pasear por mi brazo,
llegar hasta mi mano trepar por mis dedos
desde la punta de mis dedos saltar al abismo rojo
tu boca deja caer una gota
que se hunde en la noche
y nosotros con ella.
Sería una noche blanca.

jueves, 9 de agosto de 2012

La que lloraba los miércoles (maite deluxe)

Hay una chica
que cada tanto estaciona su Ford Ka en mi cuadra
y llora, o simplemente está triste.
Veintipico largos, y algunos reflejos en el pelo corto.
Mira la gente por detrás de los vidrios polarizados,
escribe cosas en el celular.
Yo la miro desde la puerta de casa,
justo enfrente,
sosteniendo mi bici.
Querés ir a dar una vuelta y me contás,
pienso,
y ella me mira, con sus ojos graves
como si me escuchara,
Y de imprevisto esquivo sus ojos,
arrepentido,
temiendo haberla arrancado
del trance de su ritual nostálgico.
Termino de girar la llave y la miro una última vez.
¿Es real?
Siempre pregunto lo mismo.
Y pedaleo y me alejo
y pienso que no sé por qué
elige esta cuadra para llorar.

domingo, 17 de junio de 2012

Un lugar

Algo tengo que estar haciendo mal.
No puede ser, no puedo ser.
Miro el borde quemado del mapamundi
los límites se funden, se diluyen en el mar,
observo con terror el trazo difuso
la sensación de que esto se va perdiendo
de que estoy perdiéndome de a poco,
de estar mirando como un espectador en primera fila
un crítico pasivo, vacío de emociones,
soy carne ajena, pudriéndose en soledad
la intemperie me destruye poco a poco
mientras mil moscas se nutren del veneno.
Morirán en segundos
o seguirán zumbando alegres,
deshechas por dentro
llenas del mismo vacío aquel
que no alcanza a lastimarlas, a tocarlas.
Muerte lenta que me corroe
que me despierta con asco, transpirando,
en el silencio y el tufo de la cama al mediodía,
el momento insoportable de no querer más.
Caras desfilando en la resaca,
manchadas de dientes blancos
de risas que no logro retener
de certezas frágiles,

acechándome desde un pasado falso.
Y, sin embargo, cuando chocamos soy yo el que estalla
el que no puede dejar de pestañear, de huir
con el presente entre las piernas
ajeno a todo,
y me huyo, me parto, me fragmento,
las astillas de vidrio explotan
atravesándolo todo como neutrinos
indiferentes a lo que me rodea y me aleja
a trescientos mil kilómetros por segundo
y me lleva a un planeta frío
donde nada me alcanza
donde la luz olvida
donde los ángeles ya no sangran
un lugar donde la ausencia es el polvo que lo cubre todo.

jueves, 7 de junio de 2012

Ardoresencia

"And that the world should dry as a dead leaf,
or as a dandelon seed-pot and be swept away,
so I might find you again,
alone."

Ezra Pound
Un movimiento aéreo, ingrávido,
de sacudir el brazo y ver caer tu foto.
Y aunque no te haya besado nunca,
aún te recuerdo,
un acento antiguo como un pétalo,
o como el whisky.

Y al evocar tu recuerdo escolar,
la neblina de la mañana trae un eco pálido,
pero sobre todo efímero:
el sonido que hacía la luz
cuando te acariciaba la piel.

Aún estamos a tiempo de saldar la deuda.

domingo, 27 de mayo de 2012

SALIMOS A FUMAR, YA VOLVEMOS

-Montevideo y Rodríguez- le dije al taxista, haciendo un esfuerzo en disimular el ritmo arrastrado de las palabras.
       El auto era un Renault gris, creo, y me subí después de que frenase justo enfrente de donde yo estaba tirado. El chofer nos preguntó a Sami (una amiga) y a mí si alguno necesitaba un remís. Me acuerdo que lo preguntó muy natural, aunque debe de haber sido obvio que mi borrachera y yo necesitábamos ir a dormir urgentemente, y caminar me era imposible. No me acuerdo bien dónde fue que lo tomé; en cambio, sí me acuerdo que el chofer fumaba y que había una calcomanía en la ventanilla de mi lado, mal pegada y con un borde arrancado, dejando sólo papel blanco adherido al vidrio. Después de decirle el destino, el chofer empezó a hablar en una especie de murmullo borroso. No tengo idea acerca de qué hablaba. Yo me limitaba al trance mudo que te permite el cerebro cuando está concentrado en sobrevivir a todo el alcohol que uno se metió en el cuerpo. Estaba en ese estado cuando la voz se volvió más pausada, más precisa:
-Y el pasajero anterior me ofreció de chuparme la pija- dijo, y se quedó callado por un instante.
       No sé si hice algún gesto. Él siguió hablando en el tono original, como si fuese una radio que no termina de sintonizar bien. Después de algunas cuadras repitió lo del pasajero anterior. Ahora las palabras resonaron nítidas en mis oídos borrachos. Miré la calcomanía rota mientras juntaba fuerzas para concentrarme.
-Mejor dejame Rodríguez y Córdoba- dije, y expliqué -quiero caminar un poco. Para bajar el alcohol.
       No sé si arrastré las palabras cuando dije esto último.

domingo, 20 de mayo de 2012

AL CAER

lo poco que me acuerdo de ese día
es del silencio y las banderas,
y que no quise saludarte
a lo mejor porque terminaba el verano
y vos estabas de la mano de otro tipo.

dos semanas antes
tu histeria y yo
nos matábamos en la puerta de tu casa.

fui yo el que tocó timbre
una noche medio complicada.
fui yo el que se escondió atrás de un árbol
cuando tu viejo abrió la persiana y se quedó mirando.
fui yo también
el que se volvió solo y tambaleando.

hoy te elijo a vos,
pero no sé si preferís que te lo diga así,
o que me veas de la mano de otra.

sábado, 21 de abril de 2012