Mi antebrazo marca una ruta sobre tu pecho.
un puente sobre el mar de piel plateada
que gime un silencio suave.
extraordinaria piel en silencio.
no quiero soltarme del puente que une las dos islas
quiero quedarme a vivir en tu cuerpo.
Pero algunas incertezas mojadas caen,
y no alcanzan nunca la superficie.
Podríamos, me digo,
podríamos hacernos chiquitos, minúsculos,
y desde tu ombligo pasear por mi brazo,
llegar hasta mi mano
trepar por mis dedos
desde la punta de mis dedos saltar al abismo rojo
tu boca deja caer una gota
que se hunde en la noche
y nosotros con ella.
Sería una noche blanca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario