jueves, 9 de agosto de 2012

La que lloraba los miércoles (maite deluxe)

Hay una chica
que cada tanto estaciona su Ford Ka en mi cuadra
y llora, o simplemente está triste.
Veintipico largos, y algunos reflejos en el pelo corto.
Mira la gente por detrás de los vidrios polarizados,
escribe cosas en el celular.
Yo la miro desde la puerta de casa,
justo enfrente,
sosteniendo mi bici.
Querés ir a dar una vuelta y me contás,
pienso,
y ella me mira, con sus ojos graves
como si me escuchara,
Y de imprevisto esquivo sus ojos,
arrepentido,
temiendo haberla arrancado
del trance de su ritual nostálgico.
Termino de girar la llave y la miro una última vez.
¿Es real?
Siempre pregunto lo mismo.
Y pedaleo y me alejo
y pienso que no sé por qué
elige esta cuadra para llorar.