viernes, 31 de enero de 2014

a decir verdad un día tiene innumerables centros. (Ferreira Gullar).

promoción válida hasta agothar stock.

Es imposible decir
en cuántas velocidades diferentes
          se mueve una ciudad
                                   a cada instante
                                   (sin hablar de los muertos
                                   que vuelan hacia atrás)
                                   o incluso una casa
donde la velocidad de la cocina
no es igual a la de la sala (aparentemente inmóvil
en sus jarrones y bibelots de porcelana)
          ni a la de la huerta
          abierta a los vientos de la época
                                   ¿y que decir de las calles
de tránsito intenso y de la circulación del dinero
y de las mercaderías
         desigual según el barrio y la clase, y de la
         rotación del capital
         más lenta en las verduras
         más rápida en el sector industrial, y
de la rotación del sueño
         bajo la piel,
         de un sueño
         en el pelo?
         ¿y las tantas situaciones del agua en la vasijas
         (lista para huir)
         la rotación
         de la mano que busca entre los pendejos
         el sueño mojado los muchos labios
         del cuerpo
         que a la caricia se abre en rosa, la mano
         que allí se detiene a ensuciarse
         de olores de mujer,
                           y la rotación
         de los olores otros
         que en la quinta se fabrican
         junto a la resina de los árboles y el canto
         de los pájaros?
         ¿Qué decir de la circulación
         de la luz solar
arrastrándose en el polvo bajo el ropero
         entre zapatos?
                             ¿y de la circulación
         de los gatos por la casa
         de las palomas por la brisa?
y cada uno de esos hechos en una velocidad propia
         sin hablar de la propia velocidad
         que hay en cada cosa
                       como los muchos
         sistemas de azúcar y alcohol en una pera
                                                                 girando
         todos en diferentes ritmos
                                               (que casi
         se pueden oír)
                             y componiendo la velocidad general
         que es la pera
del mismo modo que todas esas velocidades mencionadas
         componen
(nuestro rostro reflejado en el agua del lavadero)
         el día
         que pasa
         -o pasó-
         en la Ciudad de Sao Luís.

Ferreira Gullar. Poema Sujo/En el vértigo del día. 1976.

domingo, 19 de enero de 2014

el nucleo


"tenía la cabeza como si fuera un aparato que percibiera todo 
pero que no explicara nada."
Felisberto H.

desperté de la siesta
en esta tormenta
eléctrico viento
que no acaba de decidir
¿qué dirán nuestros padres
nuestros hermanos
si nunca nos ven saltar?
y si nadie nos oye golpear contra la superficie
ferrosa de un planeta lejano
no nos verán levantarnos
con el uniforme lleno de polvo
la sangre llena de rodillas
y la sonrisa grande como un asteroide
apretando con fuerza
las semillas de la locura
que logramos traer.

acá podemos poner un rio
lleno de recuerdos caracol
allá una plaza con  pista de despegue
y alas para prestar
allá un estadio de metegol hecho 
con una caja de fósforos vacía
dibujame en la palma de tu mano
caminemos descalzos
sentís
es el núcleo de la tierra 
que conecta
en tus pies.



volviendo al centro puedo al fin ser.




viernes, 17 de enero de 2014

le pedimos un oceano para desatar los nudos

papel araña celeste pastel (horrible diría ella) papel con ojos ondulados y con un misterio fino de 84 páginas. el colectivo me hamaca, la caligrafía se pone rebelde se organiza y lucha por la educación y acepta mi regular irregularidad potenciada por suspensiones que anuncian el mareo. me fijo de nuevo. prendo la luz. abro el cierre. meto la mano en el bolsillo de arriba. esta la billetera. esta también el documento. guardados donde los dejé. son objetos bien domesticados. todavía queda la estela de aristas de la terminal y el stress que toma forma de paranoia material. la planta de botnia se veía majestuosa desde la aduana. el olor tenia el punto justo de tóxicos  correspondiente a los códigos ecológicos. más de eso implica cortar puentes. menos es ineficiente. los precios del free shop nos anuncian que el arroz va a ser nuestro mejor aliado. llevamos todas las provisiones que necesitamos. a la banda solo le pedimos un ratito de tierra para poner la carpa y un océano para desatar los nudos. somos viajeros con barcos mochilas de 80 litros y estacas para malgastar.


.             .. 
el juego de la vigilia: 
en el entresueño constante de los viajes
habita el país de la locura volátil
el insomnio boca arriba
y las imágenes semi cama que suceden
otra tras una
y el núcleo de la espiral
empieza en cualquier momento
y termina en tu boca
..     .

mi panza refusila se ilumina el caracolectivo se escucha el trueno del hambre que tiene todo ese aire mojado. voy a buscarlo a ese aire de mar como una cura de sueño, una vieja idea de otro siglo. ahora estudio el silencio relleno de cuarenta y cinco sueños simétricos festejando en un pasillo iluminado con tiras led. en el sueño de ella eramos tiras led y todo el resto era en blanco y negro y yo me reía y me iba. en el mio ella se iba y yo la buscaba buscaba la buscaba y era en color de otra década. me escondo en la burbuja de madrugada que me protege de los misterios pesados. percibo el amanecer que trepa arañando los vidrios llenos de vigilia. en mi asiento de lado del pasillo llega después pero yo le doy cuatro pesos de propina a los ojos de la mente para que llamen al sueño antes que el día termine de empezar.