domingo, 18 de marzo de 2012

DESPUES DEL RUIDO

Nos incorporaremos despacio
cuando la sangre que baje por la barba comience a secarse.
Trataremos de caminar por nuestra cuenta,
pero el segundo paso anticipará el mareo.
Algún peatón nos detendrá y recomendará sentarnos en el cordón de la vereda,
nos ofrecerá agua y nos preguntará qué pasó.
Trataremos de recordar las imágenes de hace unos instante
y pensar nos será muy trabajoso.
Levantaremos la cabeza para encontrar, clavados en los nuestros,
los ojos de uno que habla por teléfono
y, al tragar, sentiremos el gusto a a sangre
Durante varios minutos nadie dirá nada,
no sentiremos dolor alguno
y el momento será perfecto.
Veremos un perro cerca nuestro, ajeno a todo,
durmiendo en la entrada de un edificio.
En la puerta del mismo edificio,
se reflejarán las luces intermitentes del auto que se acerca.
La multitud abrirá paso y el policía que nos espose sonreirá con odio,
y no dirá nada al meternos en el móvil.
El policía sabrá
que la sangre en nuestros labios y garganta
no es nuestra.

No hay comentarios: