sábado, 13 de noviembre de 2010

tan

si mirás fijo, en algún momento de oroño están mis pisadas marcadas sobre las lozas. los taxis pasando entre los árboles y yo. un túnel tibio, casi personal.

una lluvia que apenas voy esquivando, porque en el fondo no me importa mojarme. si hasta empecé a escuchar sabina.
-totalmente.- diría ella.
y sé que estamos tocados, atravesados por la misma flecha, el mismo hilo invisible.
el bulevard es una cortina de palmeras sin playa pero la arena se nos pega a los pies igual. tus hombros flechados tienen gusto a sal y si hasta nuestros ojos están llenos de mar. de un mar en donde todavía no estrenamos un beso.
atardece en tu espalda roja y mi mano se desliza siguiendo el ritmo. la cerveza está perfectamente tibia y se calienta todavía un poco más mientras bailamos hasta que la ciudad se vuelve un parador lleno de locura en papel de armar y viento dulce.

y qué me importa dejar de estudiar un rato si lo único que tengo ganas es de venir a escribirte así, tan desnuda y disfrazada, tan verano..

3 comentarios:

Felipe Nicastro dijo...

Te advierto que esas últimas líneas te las voy a citar pronto(eufemismo de plagio, diría Laiseca).

¿Lesbiana? dijo...

Re bien captado el sentimiento verano. Verano que se extraña.

LuZmila dijo...

Sí, conozco eso, y me rompe la cabeza.
Pensaba que por más que esté a paises de distancia, mientras tuviese un papel y un lápiz para escribir me acercaría instantáneamente hasta él...
luego me di cuenta que la punta del lápiz rozando el papel es como tocarle los labios con la yema de mis dedos sin poder nunca besarlo,
y eso abrió un abismo gigante sin aire en donde (nuevamente) no se puede respirar.